Quien anhele abordar, y sin conocimiento previo, la reforma o decoración de una cocina es habitual que se encuentre con muchísimas incógnitas. Cómo reorganizar la distribución espacial, por donde comenzar, qué revestimientos son los más adecuados, qué tramas, texturas o colores elegir y muchas preguntas más.
Estos interrogantes sugieren que se deben conocer algunas bases o nociones generales sobre decoración interior y dedicarle tiempo a la planificación para su correcta ejecución.
En el inicio es necesario una serie de pasos que son idénticos a los que utiliza un profesional decorador para realizar sus encargos y proyectos.
Primeros pasos, relevamiento.
Para comenzar tenemos que obtener datos detallados y lo más exactos posibles del espacio disponible. Sobre el espacio en sí mismo, es fundamental entender que es la materia prima de una remodelación o nueva decoración, ya que a partir de los elementos físicos que lo conforman, es como se comienza a trabajar.
Las primeras y primordiales decisiones estarán atadas a la espacialidad de la cocina designada, incorporando en una posterior etapa la elección de los revestimientos, materiales, colores, texturas, ubicación de los muebles, objetos, artefactos de luz artificial, sin olvidar de lo principal que es la distribución de las diferentes zonas que forman a una cocina.
En esta etapa conviene tomar medidas y elaborar un plano del sitio, ubicando las distintas particularidades como ser las ventanas, las puertas o salientes de los muros. La observación y el registro es esencial. Confeccione un plano simple con medidas y detalles. simplemente dibujen las paredes, señalen los detalles, marquen por donde ingresa la luz natural, altura de las puertas y ventanas y otros datos que crea necesarios para su obra.
Definir aspiraciones y gustos personales.
Podríamos definir el diseño y la decoración como el proceso de crear espacios, con recursos estilísticos, y a la medida de quienes lo frecuentan o habitan. Para elaborar nuestro proyecto decorativo y lograr una estética personalizada, necesitamos tener en cuenta cuestiones referentes a nuestros anhelos y a nuestra personalidad: qué esperamos del espacio físico, cómo somos, qué nos hace sentir bien, cuales son nuestras aspiraciones, nuestros gustos personales, actividades, hobbies.
El diseño y la decoración no se trata sólo de elementos estéticos, sino que además se basa en el compromiso con nuestra calidad de vida, anhelos, expectativas y nuestro bienestar. Pregúntense que colores lo inspiran, qué objetos quisiera tener dentro de su cocina que lo hagan sentir cómodo.
Definir usos y necesidades.
Además de los usos habituales de una cocina, deberá definir esas actividades particulares que usted desee desarrollar en ella, desde desayunar, comer, estudiar, trabajar y todas las que se le ocurran. Obteniendo todos estos datos de usos y necesidades requeridas para este espacio, dependerán en gran parte de las decisiones prácticas y decorativas.
Recuerde que una cocina bien decorada pero sin una óptima funcionalidad es una cocina mal resuelta.